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| Niños de Kilwa |
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El camino hasta Kilwa Kivinje se me hizo interminable. Kilometros de arena de playa en vez de carretera, unos 80 km en total, cuando creía que ya estaba aun me quedaban 12km Y el hostel sin electricidad, aunque a estas alturas eso era lo de menos, el dormir con velas le da un toque relajante.
El pueblo fue gobernado por árabes y alemanes, así que es curioso ver edificios de centenares de años, ruinosos pero de varias plantas, junto a las casas modernas de adobe y techo de chapa. La maleza se ha
comido el patrimonio, y es que si no hay interés o dinero, es lo que pasa.
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| Edificio colonial, un poco dañado. |
La playa es más bien un puerto de pesca, lo hacen andando por la poco profunda superficie, extendiendo redes para atrapar los peces. La zona cercana al puerto está llena de pescado puesto al sol para que se seque y aguante más tiempo, el olor no es muy agradable.
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| Pescado secándose |
Me sorprendió que en este pueblo la escuela fuera tan pequeña, unos 300 alumnos. Los profesores expertos en jugar y chatear con el móvil, es lo único que les vi hacer.
El pueblo no tiene mucho que hacer, aunque el toque de la paja amarilla, con las chozas de adobe y madera, junto con las palmeras balanceándose, da un conjunto muy bonito.
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