Nunca
había estado en bici por Paris, y la sensación es genial. Es tremendamente fácil
y barato usar una bici en esta ciudad.
El
ayuntamiento ha repartido puestos de alquiler de bicis por todos lados, como
muchas ciudades europeas. Por 1,7 euros tienes 30 minutos gratis. Ojo, yo me
pase 3 minutos y me cobraron un euro más por el despiste.
Hay una
aplicación necesarias para encontrar las estaciones de bicis, sobre todo cuando
estas estresado porque llevas 28 minutos con ella. Es la velib parís.
Como de
costumbre, hay que dejar una fianza de unos 150 euros al pagar con tarjeta, si
la bici vuelve sana y salva (son muy duras y pesadas, complicado que vuelvan en
mal estado) no cobran esos 150 euros.
El
funcionamiento es sencillo, y si en unos de los parkings no puedes dejarla
porque está lleno, puedes pedir en la misma maquina 15 minutos de regalo, para
buscar otro borne.
Paris
es llano, excepto donde no lo es. Con esta lógica, ir en bici será muy sencillo
cuando estéis en una cuesta abajo, y costara un pelín más cuando sea cuesta
arriba. Pero quitando 2 o tres cuestas, yo no lo veo muy complicado. Más aun
con las 3 marchas que tiene, las subidas son fáciles (excepto la iglesia del
sagrado corazón, que la única forma de subirla es comiendo antes un buen bote
de Cassoulet – el cocido madrileño a la francesa).